«El mismo Gobierno que premió mi película mató a mi hermano». Se anda por pocas ramas Cristiano Burlan cuando habla del asunto del documental que presentó ayer en la sección oficial a concurso del Festival de Málaga, 'Mataron a mi hermano', la cinta que bucea en la violencia anidada en los suburbios de Brasil. Un país del que también procede 'Tubarao', de Leo Tabosa, que junto a la venezolana 'El silencio de las moscas' completaron el pleno latinoamericano en el apartado a concurso, mientras que la sesión especial vino de la mano de 'Sé villana, la Sevilla del diablo', de María Cañas.
«No hablo sólo sobre el asesinato de mi hermano ocurrido hace doce años, sino sobre la situación social que se vive en mi país, porque hay muchas personas que creen que en Brasil va todo muy bien, que es un país rico y que está prosperando, pero eso puede valer sólo para la burguesía que vive en el centro de algunas ciudades, no para la mayoría de la gente», reivindicaba Burlan sobre un documental premiado al otro lado del charco.
Burlan explicaba ayer que 'Mataron a mi hermano' reflexiona sobre «diversas frustraciones», un rasgo que parece compartir con la venezolana 'El silencio de las moscas', dirigida por Eliezer Arias, que narra la historia de Marcelina y Mercedes, unidas por el drama del suicidio de sus hijas adolescentes. El silencio, el dolor y la pérdida surcan una cinta que se aproxima son sensibilidad al vacío de perder a un hijo.
EL SUR
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